QUIÉNES SOMOS

Los X fiAdos somos un equipo de trabajo que organiza recitales para personas cuyas vidas están lejos de la música.

Los recitales están a cargo de músicos que sienten que su música debe llegar a la gente que la necesita.

Lugares para los recitales: paradores nocturnos, hospitales psiquiátricos, penales, hogares para personas con necesidades especiales, centros de alojamiento para chicos en problemas.

X fiAdos no tiene relación con iglesias ni gobiernos.


domingo, 28 de noviembre de 2010

Mañana de domingo, Radio Ska en el Sanmar


Luego de montones de llamadas, reuniones, gestiones, ilusiones y planes hechos y desechos una y otra vez, llego el gran día en que empezamos a realmente vivir el momento tan esperado: Llevar a Radio Ska al San Mar.

El domingo 21 de Noviembre del 2010, el gran día, comenzaría a las 8:30 hablando con José, el chofer del San Mar, que desde hace 20 años aproximadamente, maneja una Traffic llevando los pibes a Tribunales a realizar todo tipo de trámites judiciales. José pertenece al personal del servicio penitenciario, pero también, pertenece a ese gran club de personas interminablemente agradables y solidarias que luego conoceríamos en el San mar. Lo comprobaríamos en su mirada, sus comentarios, su calidez. Estrecharíamos rápidamente conversaciones cercanas acerca de nuestras vidas. Será agradable descubrir que a lo largo del día, no habrá persona con la que no nos pase lo mismo en el San Mar. Cargamos los equipos y arrancamos 9 y diez.

Estamos llegando. "Natalia, prefiero mi locura antes que tu falso amor" reza un grafitti pintado en la pared del San Mar. Nos descomponemos de la risa. Lo bien que nos hace. Minutos antes José nos las había borrado sin ánimo de hacerlo, al responder nuestras preguntas. José nos cuenta que entre la población del San Mar suele haber chicos a los que por ejemplo un cabo le metió 8 balas, y no murió. Y vivió, y fue derivado al San Mar, que lo recibió con los brazos abiertos. Todos teníamos en ese momento 8 balas en el cuerpo. No había risas, sino una humedad en los ojos, y algo que dolía por dentro. Tenés que tener ganas de ponerle 8 balas a un pibe. "Anoche fue internado uno que hoy no va a estar" dice José, y explica que es porque recibió una bala en la cabeza, que a pesar de que se la sacaron, tuvieron que abrirlo de nuevo, porque no soportaba el dolor de cabeza. Algo no había quedado bien ahí adentro, y tuvo que ser intervenido nuevamente. Pensé si Radio Ska no lograría sacarle ese ruido con la música.

Foto: Elizabeth Taylor

 Entramos al San Mar, al descender José nos dice "me encanta el humor que tienen". A nosotros también nos encanta el humor de Josef. Seguirá transportar las cosas hasta el lugar de los hechos. Seguirán los chistes. Seguirá conocer personas que trabajan en la institución. Encontrarnos con Paula la vicedirectora, que nos llevara a recorrer el San Mar por expreso pedido nuestro. Ella encantada accederá, y lo hará con gusto. Caminaremos, hablaremos. Eli sacara fotos en zonas lugares y cosas. Juan hará preguntas una y otra vez, y cada vez mas profundas. Yo, el tercero de los Xfiados presentes, también haré y me haré preguntas. Todo será casi cinematográfico. El San Mar tiene una escuela, enfermería, odontólogo, un playón para hacer deportes, paredes intervenidas con murales a lo largo y a lo ancho de toda la institución. Un gran comedor. Tiene muchas cosas que no recuerdo ahora, pero que están en optimo estado. Que te alegran el recorrido. Nadie usa armas, a pesar de que deberían o podrían. El lugar es limpio, es lindo. Pronto va a haber una pileta de natación. Todos son como José. No miento. Todos son como José. O sea. Nadie que trabaje allí permitiría que un pibe la pase mal. Todos aman este trabajo. Eso sentimos. Eso nos hacen sentir. Terminamos la recorrida. Vamos al chino de a la vuelta, compramos una coca. Estamos impactados. Estamos tranquilos. Todo el sonido esta armado y en su lugar. Quedamos en la puerta, y empieza la llegada de Radio Ska. Ahora todo es cinematográfico, pero con música de fondo. Hay abrazos, festejos, chistes, muchas risas y mucha alegría. Entramos todos, y todos estamos ahí, listos para entrar en escena. Juan en consola, yo acomodando músicos, Eli repartiendo balas con la cámara. Radio Ska probando los instrumentos. Mandan a llamar a los chicos que están en las habitaciones, o porque no recibieron visitas, o porque prefirieron quedarse con las visitas en su pieza. El resto esta ahí abajo donde estamos nosotros, con sus familias. Hay Padres, Madres, hermanos, hermanitos. Están también algunos familiares de las maravillosas personas que trabajan en el San mar, porque el San Mar es así, un refugio, un lugar de encuentro para todos, y quienes trabajan allí, lo saben, lo sienten así, y por eso sus familias también comparten algún tiempo con ellos en la institución. Se ubican tres hileras de bancos, se arma la ceremonia del espectáculo, que es lo que más le gusta a Xfiados, armar la ceremonia del espectáculo donde generalmente no hay espectáculos. Todos están en sus plateas, y comienza la función.

Foto: Elizabeth Taylor

Radio Ska toca Ska. Nadie o casi nadie en el San Mar escucho ska en su vida. Muchos probablemente nunca vuelvan a hacerlo. Otros muchos nunca vieron un saxo, y ese día, hay tres, de diferentes tamaños, con diferentes registros sonoros. Hay también algo extravagante, único: Un contrabajo. Es gigante. Que buen instrumento. Hay percusión. Hay una trompeta, y hay, como siempre, una guitarra, una batería, un teclado. Los Radio Ska no tienen cantante, eso hace mas agónico el contacto. La vice los presento de forma adecuada, atinada, clara, pero no alcanzo. Nadie decodifica en palabras muchas cosas que pareciera que necesitan ser explicadas, mucho mas si nadie antes escucho Ska y esos instrumentos. Nos vamos dando cuenta de eso de a poco. Los pibes desde el primer tema mueven los pies, el cuerpo, sonríen, a veces baten palmas, pero algo los desconcierta un poco, y eso se celebra, porque la vice dice que le parece bien que escuchen algo distinto. Decido hablar, con el aval de mis hermanos xfiados, a raíz de que un pibe pregunta “como se baila el ska”. Agarro el micrófono, comparto la pregunta con todos, y la respondo, "no se". Y explico que nadie sabe como se baila ska. Cada uno lo hace como quiere. Con el hombro, con los pies, con el corazón, con la cabeza. Y que inclusive no hace falta bailarlo. Que quizás con escuchar y mirar estos instrumentos y ver como suenan por ahí esta bueno también. Que cada uno haga lo que se le cante, digamos. Todos queremos que los pibes bailen y sea una fiesta, pero ellos siguen ahí, atornillados a los bancos, y es bueno saber, que cuando eso pasa, no quiere decir que no la estén pasando bárbaro. Alguien vino a verlos, a tocar para ellos, a darles algo que se cocino en otro lugar, y se entrega caliente y rico con una sonrisa en el alma. Y eso los mantiene atornillados, y bailar es un tema menor. Que importa si se baila o no se baila cuando te dan algo que te impide irte porque esta bueno recibirlo. Radio Ska lo sabe, y continua tocando y desplegando todo su arte.

Eli saca fotos. Es un capítulo aparte. Es un show aparte. La escena que describo a continuación se repetirá desde el principio hasta el final mas de 50 veces sin mentir: 1) Ellos la llaman, demandan su atención. 2) Se ponen para la foto. Abrazan a un compañero, sonríen, eligen una pose que quede eternizada en una foto. 3) Eli les saca la foto, y media milésima de segundo después de haber gatillado los pibes le piden que les muestre como salió. 4) La foto se vuelve a repetir. Sienten mucho placer al verse, al ser vistos, al mirarse, al mirar, al ser mirados. Reconocerse en otros, ante la mirada de un alguien que les devuelve una sonrisa, comprobando que son sujetos deseados, queridos, amados. Mirados por Eli y el lente de su cámara que no para de mirarlos.

Foto: Elizabeth Taylor

Estamos a tres cuarto de recital. Comenzó a las 11:10, va a terminar a las 12:10. A las 11:50, tomo el micrófono nuevamente y comienzo a presentar los músicos, y sus instrumentos. Nos detenemos en cada instrumento, cada músico explica cómo funciona, que hace, porque, para que, y luego de hacerlo, ese instrumento interpreta a solas una melodía. Es maravilloso, pedagógico, instructivo. Esclarece muchas cosas, pero también es una oportunidad para conectar. El trompeta hace sonar la cumbia "mi pollera amarilla" y la tribuna se pone de fiesta. Es obvio que aman la cumbia, y agradecidos están que aparezca algo de eso. Otro saxo hace sonar la pantera rosa, y desata aplausos también, suena "Oh Susana" en el saxo de María Laura. Suena la bata, el contrabajo, el teclado con sonidos extravagantes, suena la guitarra. El percusionista toca todos sus tambores y explica cómo suena cada uno paso por paso. Explica también como suenan los instrumentos de percusión que en temas anteriores decidimos repartir entre los chicos, y que ansiosos levantaban la mano para que les demos uno cuando comenzamos a repartirlos. Fue maravilloso ese momento. Ellos también querían tocar, ver como sonaban. Al porfiado de Juan se le encendió algo en los ojos y dijo "tenemos que tener un baúl lleno de instrumentos de percusión para repartir en medio de los shows". Se inscribe en la lista de objetivos xfiados.

La explicación de cómo son los instrumentos a cargo de cada uno de los músicos es un éxito. Los pibes terminan de aprobar la actividad como algo que estuvo buenísimo. Después de eso se animan a hablar mucho más. Termina el show, la desconcentración es alegre, ordenada, relajada, todos estamos contentos. Los pibes se acercan, le tocan los instrumentos a los Radio Ska, los agitan un poco, pero con onda, porque se ve que una manera de acercarse es esa, el agite, el agite, pero que rápidamente se transforma en ternura. Todos quedan hablando con un subgrupo de chicos a su alrededor. Yo quedo con un par a los que pretendo decirles que si haces música te quedas así, como inspirado, y que no te hace falta nada para estar inspirado si haces música, solo eso, música. No me creen, pero les instalo la sospecha de que puede llegar a ser así, porque de hecho, es así. Los radio ska piden conocer la institución. La recorren, emocionados vuelven, están re contentos, no podemos ni hablar, estamos extasiados de San Mar. No podemos ni hablar. Pero rápidamente todos se recomponen, la realidad manda, hay que irse, hay que cargar cosas, hay que volver. Si, hay que volver al San Mar, lo pide Radio Ska, lo piden los pibes, lo pide la vice, lo pide Xfiados.

Terminamos todo, dejamos dos Radio Ska en San Telmo, y Eli baja también. Juan, José, y yo, volvemos a casa, guardamos las cosas, nos prometemos volver a pronto. Todos reflexionaremos al respecto de la experiencia. Juan dirá que avanzamos con toda la fuerza hacia la responsabilidad de sanar de alguna forma, y de hacer el intento de rescatar a aquel que está atrapado en la prisión de la culpa. Dirá que tenemos la necesidad de llegar ahí y de bailar, de reírnos con ellos de nosotros mismos, de compartir todo lo que produce la música junto a ellos, para en fin gritar con la voz más fuerte en un silencio ensordecedor: ¡La culpa es de todos! No de ustedes solos. Juan dirá que ese es el trabajo con más vacantes disponibles. "Son Pibes", insistirá, ríen como pibes, juegan como pibes, se tocan como pibes, se molestan como pibes; como vos, como yo, como ella, como aquel, como los que se escucha jugar en la calle. José lo sabe mejor que nadie, como también lo sabe Paula. Y como todos los que conocimos ahí. También lo sabe Radio Ska. Los pibes aprenden, porque eso son: pibes, y el que no lo sabe, el que no lo aprende, el que no comprende que son pibes, es uno de esos que ha sumado una vacante mas en este trabajo interminable. Eli hablara con las fotos, y nos dejara mudo a todos, tanto como a ella, y su emoción. El San Mar nos atravesó de lado a lado.

Estamos molidos, pero felices, anoche con Juan estuvimos hasta las tres y media en el tributo a Alejandro Lafleur, líder de Carniceros, profesor de Sociología en la UBA, vagabundo, drogadicto, loco, inteligente, autor de un libro que escribió durante sus tres años de estadía en la cárcel, acerca de la institución carcelaria. Y también de una canción tan bella como Batumba cha cha. Aquí va mi homenaje, porque no podía estar ausente en esta crónica. Se nos fue hace dos meses, y puedo decir muchas cosas de el, pero me quedo algo que el hacía. El te promovía que llegues todo el tiempo a una la conclusión de que todo lo tenés que hacer por tus propios medios. Te decía que el mundo está construido de tal forma, que quizás, la única manera en que se puede producir una transformación es desde uno. Si, ya se, es una pavada, pero hay que ver como lo decía, hay que ver como sonaba en su boca una palabra que nunca escuche hacer sonar de la misma manera en boca de otro: Libertad.

Por Tomate

Foto: Elizabeth Taylor

3 comentarios:

  1. me acabo de conmover profundamente con esta cronica, y no es de puro chamuyo,saben, convivo con los pibes excluidos de este maldito sistema ,sufro la carga que llevan,me duele,me denigra como ser humano que nuestros pibes sean criminalizados, estigmatizados en esta sociedad de mierda.. pero mientras haya gente comprometida aun me queda la esperanza que algo va a cambiar....
    va toda mi alegria `por lo que hacen ...
    saludos fraternos...

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  2. Señor o señora Anonimo, la esperanza es algo que es nuestro, que nadie podra quitarnos. Conmovamonos juntos, hagamos, trabajemos. "lo que hacen" vale por todo lo que todos hacen tambien lo que vos haces. Entonces hagamos. Mil gracias por conmoverte, que hoy en dia, no es poca cosa. abrazos.

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  3. Gracias Xfiados por habernos alegrado una mañana en el San Mar. Muy lindas las palabras hacia la institución, hacia la gente que ve a los pibes como nuestros pibes, y hacia los pibes en sí. La verdad no deseo otra cosa más que esto se siga repitiendo una y otra vez. Que se rompan los muros para que entre la alegría a la vida de los pibes, la música, los deseos, los mundos desconocidos para ellos. Trabajar con los pibes a diario es un aprendizaje constante, una entrega y recibimiento de amor y una lucha que se extiende hasta la eternidad misma. Simplemente Gracias. gabriela

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